• Preocupa el lento avance de las metas a cargo del Instituto de Protección Animal
  • La Casa Ecológica para los Animales apenas va en el 57% tras 21 meses de atraso
  • Alivia la entrada en funcionamiento del Centro para fauna silvestre

“Lo estamos advirtiendo a tiempo: la mala planeación y el rezago en los procesos contractuales del Instituto de Protección Animal pueden terminar afectando a los animales y llevando a un incumplimiento de las metas del Plan de Desarrollo. Si el Instituto no se pone las pilas con los programas misionales, con la Casa Ecológica, con las nuevas funciones de inspección y vigilancia, con la atención del maltrato animal y con los programas de cultura ciudadana, lo cogerá el tercer año de gobierno con un retraso irreparable”, afirmó Andrea Padilla, la concejal animalista de Bogotá.

“Con mi equipo nos dimos a la tarea de hacer seguimiento a varios de los compromisos distritales en favor de los animales consignados en el Plan. Estas son las principales conclusiones con corte al 31 de diciembre de 2020”:

  • La esterilización de gatos y perros va colgada. En el segundo semestre solo se esterilizaron 15.679 animales de una meta cuatrienal de 356.000 esterilizaciones (4,4%). Esta línea misional es esencial para la protección de los animales; cualquier error administrativo, una demora en la contratación o la complejidad con la que hoy funciona el servicio a trancas y a mochas pueden mandar al traste el esfuerzo de años por controlar éticamente la población de animales desamparados. Además, es muy grave que para 2021 la meta sea de apenas 31 mil esterilizaciones.
  • En la lucha contra el maltrato animal el avance en la meta de fortalecer el Escuadrón Anticrueldad es de apenas el 9%. Además, a diario los ciudadanos se quejan por las demoras en la atención de los casos y por las decisiones débiles que llevan al Instituto y a la Policía a dejar a los animales en manos de sus maltratadores. Tampoco vemos acciones de inspección y vigilancia, pese a que en el Plan de Desarrollo le dimos estas nuevas funciones al Instituto de protección animal.
  • En cuanto a la atención de animales de compañía observamos un reporte amañado: no está bien decir que han atendido a 18 mil animales, cuando 8.320 han sido meras implantaciones de microchips, y apenas 1.220 han sido urgencias veterinarias. La meta de atender a 60 mil animales en el cuatrienio incluye acciones duras: atención de urgencias veterinarias, brigadas médicas, atención por maltrato; no la implantación de microchips que, entre otras cosas, sigue siendo inútil por la falta de distribución de lectores en toda la ciudad.
  • En materia de atención a la fauna sinantrópica, el avance es de menos del 10%. Apenas se han hecho 19 censos poblacionales de palomas en diferentes puntos de la ciudad y no entendemos cuál es la resistencia a hacer un piloto de palomares ecológicos que han sido exitosos en otras ciudades e incluso en la Universidad de Antioquia.
  • Los programas de cultura y participación ciudadana no se ven. No hay innovación, no hay acciones que hagan sentir que Bogotá está trabajando en transformar los comportamientos de la gente con los animales. Al 31 de diciembre el Instituto solo vinculó en estrategias de cultura ciudadana a 1.804 personas, de una meta cuatrienal de 60 mil (3%). Tampoco vemos que estén vinculando a las redes locales de proteccionistas a los procesos de las alcaldías locales. Y las acciones en el marco de la pandemia son las que ha liderado la ciudadanía espontáneamente o nosotros con la Ruta Animal.
  • En gestión del conocimiento el Instituto dice que ha cumplido el 100% de la meta a diciembre de 2020, pero no hay ningún soporte contractual de ello. Espero que los órganos de control competentes revisen esta situación. También inquieta, por decir lo menos, que el Instituto pretenda cumplir la meta de vincular a mil personas a las actividades de inspección y vigilancia haciendo foros virtuales. Estas actividades se hacen en la calle, en los lugares donde están los animales, no con charlas.
  • En cuanto a los animales usados para consumo, el Instituto no reporta nada sobre la acción de implementar protocolos para el bienestar de estos animales que están presentes en la ruralidad. De hecho, el ha sostenido que no es su competencia hacer inspección y vigilancia en predios de crianza de animales.
  • Finalmente, hay un parte positivo con la entrada en funcionamiento del Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre. En contraste, alarma que la Casa Ecológica para los Animales vaya apenas en el 57%, tras casi dos años de retraso. “A este ritmo, este equipamiento difícilmente se entregará en julio próximo y es una necesidad urgente sacar a los animales de la Unidad de Cuidado Animales por la precariedad e insuficiencia de sus instalaciones”, finalizó la concejal Andrea Padilla.